Cómo Salir de fiesta solo y pasarlo brutal: mi guía infalible para ir de fiesta

Hay un momento clave, justo antes de que decidas quedarte en casa viendo la misma serie de siempre o lanzarte a la calle. Ese instante en el que te preguntas:
¿Y si salgo solo esta noche?
No con colegas, no con excusas. Solo. Tú y Madrid.

Y déjame decirte algo que aprendí por las buenas (y por las mejores noches): salir de fiesta solo puede ser lo más divertido, liberador y loco que hagas en mucho tiempo.

Sobre todo si el punto de partida es CasaVieja, nuestra terraza en plena plaza de los Delfines, donde se empieza con buen picoteo, se brinda con cerveza bien fría y se cruza la primera mirada de la noche.

Sí, salir solo da vértigo. Pero también da alas.
Y aquí vengo a contarte cómo hacerlo para que acabes la noche con una historia que merezca ser contada.

???? 1. Salir solo no es estar solo

Lo primero es desmontar el mito: no vas a salir solo a quedarte en una esquina del bar mirando tu móvil. Salir solo no significa aislarte, significa darte permiso para vivir la noche sin filtros, sin negociar con nadie, sin esperar a que tus colegas se decidan.

Es moverte a tu ritmo. Hablar con quien te apetezca. Bailar cuando tú quieras.
Y si no lo has probado, no sabes lo bien que sienta.

???? 2. Empieza en el sitio correcto (spoiler: CasaVieja)

Hay lugares donde llegar solo es incómodo. Silenciosos. Serios. Llenos de sillas vacías mirando al suelo.

Y luego está CasaVieja.

Terraza amplia, ambiente relajado, grupos de amigos riendo, parejas brindando, gente guapa que se cruza sin prisa. Aquí no pareces el que ha venido solo, pareces el que sabe dónde estar.

Pídete una caña, algo de picoteo (unas bravas o croquetas funcionan siempre) y respira. Ya has salido. Ya has ganado.

???? 3. La actitud lo es todo

Nadie se va a acercar a ti si pareces que estás deseando irte. Si estás mirando el reloj. Si llevas cara de “me han dejado tirado”.

Pero si te sientas cómodo, si sonríes, si pides la siguiente ronda como quien sabe que esta noche se viene buena… todo cambia.

No te escondas. No finjas estar ocupado. No te tapes con el móvil.
Haz contacto visual. Mira a tu alrededor. Sé tú, pero sé tú en modo fiesta.

???? 4. Cómo acercarse a la gente (sin parecer raro)

Sí, se puede. Y no, no es tan difícil.

Empieza con algo sencillo. Un comentario sobre la música, un brindis con alguien que esté cerca, una pregunta tonta sobre el picoteo (“¿son las croquetas de jamón o de pollo?”). El humor funciona. La naturalidad, más.

Y sobre todo: observa el lenguaje corporal. Si alguien te sonríe o mantiene el contacto visual más de dos segundos, esa es tu señal. Acércate sin presión. Habla. Sé tú. Esto no es una entrevista de trabajo. Es una noche para fluir.

???? 5. Frases rompehielo que no dan cringe

• “¿Me recomiendas algo de la carta?”

• “¿Vienes mucho por aquí?”

• “No me esperaba este ambientazo un jueves, ¿esto es siempre así?”

• “¿Te importa si me uno mientras espero a unos amigos?” (aunque no estés esperando a nadie)

Lo importante no es lo que digas. Es cómo lo digas. Con una sonrisa, con tono relajado, sin parecer que necesitas aprobación. Eres una persona interesante que ha salido a pasarlo bien. Y punto.

???? 6. La comida como excusa perfecta

Lo bueno de CasaVieja es que puedes usar el picoteo para interactuar.

Compartir unas bravas, recomendar una tosta, comentar lo buena que está la cerveza sin alcohol (sí, también tenemos)... crea conversación sin parecer que buscas conversación.

La comida une. Y si hay una forma de entrar en un grupo, a veces es tan fácil como decir: “Oye, esas croquetas tienen pintaza. ¿Están tan buenas como parecen?”.

???? 7. El siguiente paso: de la terraza al desmadre

CasaVieja es la previa perfecta. Desde aquí puedes quedarte toda la noche —porque el ambiente se calienta solo— o pasar al siguiente nivel y moverte por la zona. Lo bueno es que ya no estás solo. Has roto el hielo. Has conectado. Has salido de ti para entrar en la noche.

Si ligas, bien. Si haces nuevos colegas, también. Pero sobre todo habrás vencido ese miedo absurdo de que solo se sale acompañado.

???? 8. Qué hacer con el móvil

Úsalo bien.
Haz una story, etiqueta CasaVieja (guiño), muestra que estás disfrutando. Pero no te encierres en la pantalla. Estás aquí, en directo. Nada en redes supera a la realidad cuando es buena.

Eso sí, tenlo a mano para conseguir un número o un Instagram. A veces una conversación no dura toda la noche, pero sí puede continuar mañana.

???? 9. Mentalidad: vas a por experiencia, no resultados

No salgas esperando ligar. No salgas esperando caer bien a todos. Sal a vivir. A probar. A dejarte llevar.

Y si algo no sale como esperabas, no pasa nada. Lo importante es que estuviste allí. Que te atreviste. Que no te quedaste en el sofá.
Y eso ya vale más que cien likes.

???? 10. Recompensa inmediata: autoestima por las nubes

Cuando sales solo y la noche fluye, el subidón no es solo por el alcohol o la música. Es porque te das cuenta de lo mucho que vales sin necesitar validación.

Te sientes más libre. Más capaz. Más tú.
Y eso se nota en la manera en que caminas, en cómo sonríes, en cómo hablas.

Salir solo no es para todos. Pero si lo pruebas, puede que no quieras volver atrás.

???? Epílogo: lo que empieza en CasaVieja, no se queda en CasaVieja

Salir de fiesta solo te cambia. Ir solo puede ser enriquecedor.
Te conecta contigo. Te abre puertas. Te deja historias. Y sí, a veces te deja hasta sin voz de tanto hablar con desconocidos que acaban siendo amigos.

Que tus ganas de salir no se interpongan en salir solo de fiesta. 

¿El primer paso?
El sitio donde te sientas bien desde el minuto uno. Un pub, una discoteca, CasaVieja...

???? Hacer planes y salir de fiesta solo ya no es un problema.

¿Nunca has salido solo?
¿O lo hiciste una vez y no te atreviste a repetir?

Este finde, atrévete de verdad. Vente a CasaVieja, pide una caña, siéntate en nuestra terraza y deja que la noche haga lo suyo.
Entre cañas, tapas y risas de fondo, todo puede pasar. Conocer gente e incluso ligar...

Y si te acercas a alguien y no sabes qué decir, aquí tienes una idea:
“¿Tú también has venido solo? Entonces brindemos por eso”.

Te esperamos.
Y no, no estarás solo por mucho rato.